Características de la apicultura
A grandes rasgos, la apicultura es el conjunto de actividades enfocadas al cuidado de la abeja con el objetivo de obtener una o varias cosechas de miel a lo largo de la temporada apícola.
Al mismo tiempo, esto genera otros productos o beneficios, como la producción de nuevas colonias, abejas reinas, cera, jalea real, polen, pan de abejas, propóleos, apitoxina y la polinización de cultivos. Así pues, son muchos los productos que generan una misma actividad.
Otro hecho que puede caracterizar la apicultura es si esta se desarrolla en un mismo lugar a lo largo del año, aprovechando las flores que cada estación aporta a la abeja en un mismo territorio, o si las colmenas se desplazan por todas partes para perseguir las floraciones de interés y conseguir, así, varias cosechas durante todo el año. Actualmente, este tipo de apicultura es el más común en nuestro país.
Historia de la apicultura
La apicultura es una actividad muy antigua, como la caza o la recolección de frutos silvestres.
En la prehistoria, ya se conocían las propiedades de este dulce producto y se recolectaban enjambres de abejas silvestres para obtener miel. El primer registro de la apicultura que documenta la relación de la humanidad con las abejas es una pintura rupestre encontrada en la cueva de la Araña de Bicorp (Valencia) y datada en 9.000 años de antigüedad. En aquel tiempo, era una actividad enfocada solo a extraer y no a cuidar; simplemente, era una actividad recolectora. Hoy en día, es todo lo contrario: se tiene cuidado de los animales para que estén en las mejores condiciones y, entonces, se pueda sacar una cosecha.