Tipos de abejas
Existe, en el imaginario colectivo, la idea errónea de que la abeja es aquel insecto amarillo y negro que pica y produce miel.
A pesar de que, en parte, esto es cierto, dentro del género taxonómico que engloba las abejas existen más de 20.000 tipos de especies diferentes (algunas de las cuales todavía no están ni descritas).
Las abejas melíferas son una parte muy pequeña dentro de esta gran diversidad. Algunas viven solas y hacen los nidos en los muros de tierra o en pequeños agujeros, como el género Osmia.
También hay abejas que no pican y producen miel en menor cantidad, como las meliponas o las trigonas, que solo habitan en zonas tropicales. Otras viven en colonias y tienen un aguijón para defenderse, como el género Bombus o la abeja melífera que todos conocemos y que, a base de convivir con ellas, la humanidad ha llegado a domesticar.
Tipos de flores
Las abejas recogen el néctar y el polen de las flores para obtener alimento.
De entre todas las flores, aquellas que tienen un interés para la abeja son las que los apicultores denominamos “floraciones melíferas”. Hay que tener en cuenta que no todas las floraciones producen néctar, que es aquello que la abeja transforma en miel, y, otras veces, la cantidad o el acceso no son el que la abeja melífera puede aprovechar.
En nuestro país, la flora de interés apícola más extensa incluye el romero, el tomillo, la acacia, el castaño, el espliego, los manzanos, el almendro y flores diversas de los prados de montaña del Pirineo.
El origen floral de las mieles es el que las caracteriza como monoflorales, en caso de que en una miel predomine una floración concreta, o mil flores, en el supuesto de que una miel se haya obtenido de muchos tipos de flores diferentes.